NUESTRA HISTORIA

CREACIÓN DEL DEPARTAMENTO

El 18 de enero de 1859, el gobernador de la provincia don Cornelio Moyano firmó el decreto- ley por el que creaba el departamento de Tulumaya, en honor a la denominación que los indígenas del lugar daban a la región.

En 1889 se cambió su nombre por el de Lavalle, en homenaje al guerrero de la independencia.

El departamento celebra su aniversario haciéndolo coincidir con el natalicio de su patrono civil, el General Juan Galo Lavalle, ocurrido el 20 de octubre de 1797.

ORÍGENES DEL DEPARTAMENTO

El departamento de Lavalle integró originariamente la amplia zona de Huanacache, en cuya parte Norte estaban ubicadas las extensas lagunas del mismo nombre, formadas por los desagües del río San Juan. En las proximidades de estas lagunas se encontraban radicados importantes y numerosos núcleos de indígenas huarpes, quienes se dedicaban a la pesca, confección de canoas y canastos con totora y junquillo, así como a otras pequeñas actividades de artesanía. De esta zona, se traía el pescado, especialmente truchas, para el consumo de la población de Mendoza.

Los indígenas llamaban “tulumaya” o “tule - mayu”, a los territorios que hoy abarcan el departamento de Lavalle. Antes de la llegada de los españoles, existían numerosas tolderías, destacándose la de Jocoli, residencia del cacique Tabalqué.

Los conquistadores españoles tomaron posesión de las tierras del arroyo Tulumaya. El capitán don Martín Pizarro de Córdoba, recibió en encomienda las comarcas que pertenecían al cacique Guaquinchay. El capitán general de Chile, don Domingo Ortiz de Rosas, tomó con entusiasmo la creación de nuevos pueblos en la región de Cuyo, especialmente en las lagunas de Huanacache. Nombró como representante suyo a don Gregorio Blanco Laysequilla, quien en 1754 redactó un código donde se establecían las normas para crear nuevas poblaciones, como así también el repartimiento de solares y tierras con destino al cultivo y crianza de hacienda.

Se supone que la primera “doctrina” de Huanacache data de 1601. En 1749 el misionero franciscano Marcos Videla había logrado formar en las lagunas un pueblo de indios. Esta comunidad, constituye el nacimiento de las primeras poblaciones como Asunción, San Miguel y Rosario. En 1788 todas ellas fueron atacadas por los indígenas, pero fueron rechazados y sometidos.

A fines del siglo XVIII, se establecieron en esta región, algunos de los prisioneros portugueses, tomados por Pedro de Ceballos en su campaña de Santa Catalina. Los lusitanos se dedicaron a la pesca en las lagunas del Rosario y Huanacache. Según el historiador Isidro J. Maza, “esta actividad dio lugar al trazado de una senda o caminos que unían las lagunas con la ciudad de Mendoza, por esta razón, dicha calle pasó a denominarse “Los Pescadores”.

En 1850 durante el gobierno de Alejo Mallea, la región fue anexada al departamento de La paz. Pero cinco años más tarde, el gobernador Pedro Pascual Segura la separó, construyendo la Subdelagacía del Rosario.